La reciente toma de decisiones del presidente estadounidense Donald Trump, que incluyen el despliegue de miles de militares en la frontera común, la designación de los cárteles de droga como terroristas y la reinstauración del programa ‘Quédate en México‘, ha puesto a prueba la diplomacia mexicana.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha adoptado una postura de «prudencia» y «cabeza fría» en su respuesta a estas medidas, lo que, según expertos, ha sido clave para evitar una escalada innecesaria de tensiones con Estados Unidos.
En una entrevista con EFE, la investigadora del Tecnológico de Monterrey, Iliana Rodríguez Santibáñez, destacó que el Gobierno mexicano ha sido «cauto» en sus respuestas ante las recientes amenazas de Trump.
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La analista recalcó que este enfoque es resultado de la prudencia de Sheinbaum, quien no ha cedido ante las provocaciones. «Mantener distancia de la amenaza formal de su transformación real» es, según Rodríguez Santibáñez, un principio de política que la mandataria mexicana ha aplicado con destreza.
Sheinbaum misma ha argumentado que es crucial responder con «cabeza fría» a los decretos y declaraciones de Trump. La mandataria mexicana destacó que, pese a las recientes tensiones, no percibe una guerra comercial con Estados Unidos.
Su postura fue respaldada por declaraciones de Trump durante el Foro Económico Mundial en Davos, donde mencionó que los acuerdos entre ambos países «van muy bien». En consecuencia, Sheinbaum ha subrayado la importancia de mantener una comunicación institucional y formal con el Gobierno estadounidense, la cual, según dijo, continuará fortaleciéndose.
A pesar de la aparente calma en la respuesta de México, algunos analistas señalan que las amenazas de Trump siguen siendo una preocupación.
José Joel Peña, profesor de relaciones internacionales de la UNAM, ha señalado que, aunque es esencial que el Gobierno mexicano actúe con prudencia, también debe estar preparado para tomar medidas frente a las amenazas de Trump que ya han comenzado a materializarse, especialmente en el ámbito migratorio.
México ha respondido al desafío con la puesta en marcha del programa ‘México te abraza’ para recibir a los deportados, y la reciente aceptación de hasta cuatro vuelos de deportación en un solo día. La Guardia Nacional también ha sido movilizada para colaborar en tareas migratorias.
Por otro lado, los mercados han interpretado las recientes acciones de Trump como una suavización de sus amenazas de imponer aranceles del 25 % a las importaciones mexicanas, lo que ha favorecido al peso mexicano, que se apreció un 2,48 % frente al dólar. Sin embargo, algunos analistas advierten que el riesgo sigue latente, pues Trump podría utilizar los aranceles como palanca para negociar otros temas, como la migración o el combate al narcotráfico.
Las implicaciones económicas de las políticas de Trump también han sido objeto de análisis. La calificación de los cárteles mexicanos como grupos terroristas podría tener efectos negativos en la inversión extranjera, ya que generaría una percepción de mayor riesgo entre las empresas que consideran a México como destino de inversión.
La incertidumbre sobre la estabilidad de las relaciones comerciales entre ambos países sigue siendo una preocupación, y los expertos coinciden en que México debe diversificar su economía y reducir su dependencia de Estados Unidos, aunque reconocen que es difícil encontrar un socio comercial mejor que el gigante del norte. EFE