El ministro del Interior, Armando Benedetti, salió en defensa categórica del presidente Gustavo Petro, luego de que el Departamento de Estado de EE.UU. revocara su visa el pasado 27 de septiembre, en un contexto de creciente tensión diplomática.
Benedetti calificó la decisión como una medida injusta y con motivaciones políticas, y la vinculó directamente al reciente discurso de Petro en la Asamblea General de la ONU, donde criticó tanto el conflicto palestino-israelí como las operaciones antidrogas lideradas por EE.UU. en el Caribe.
La controversia estalló cuando el presidente colombiano participó en una protesta pro-palestina en Nueva York, desde la sede de Naciones Unidas. Allí, exhortó a soldados estadounidenses a “desobedecer órdenes” de la administración Trump, al denunciar bombardeos en el Caribe que —según él— mataron a “jóvenes pobres desarmados”.
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En respuesta, el Departamento de Estado revocó la visa de Petro, alegando “acciones imprudentes e incendiarias”. La decisión marca un hito histórico, al convertirlo en el segundo mandatario colombiano en perder la visa estadounidense, después de Ernesto Samper en 1996, por escándalos relacionados con el narcotráfico.
Ante esta situación, Benedetti planteó la posibilidad de una “cascada de renuncias” a visas por parte del gabinete y altos funcionarios: “¿Se viene una cascada de renuncias a visas por parte de funcionarios del Gobierno nacional? Es posible. Debería hacerlo todo el gabinete y los funcionarios comprometidos con el presidente, frente a esta injusta o no visa quitada”.
El ministro también cuestionó la legalidad internacional de la decisión estadounidense:“Tiene una connotación política dentro del marco de las Naciones Unidas. Nunca debió haber sucedido”, afirmó. Y agregó:
“Se han violado los derechos internacionales porque el presidente estaba en Nueva York, actuando como jefe de Estado en un evento de la ONU. Si por eso se le revoca la visa, entonces ¿la ONU debería seguir estando en Nueva York? Todo lo que no le gusta al imperio, ¿hay que quitarlo?”.