FC Barcelona y Real Madrid se enfrentan este sábado (22:00 horas) en la final de la Copa del Rey MAPFRE 2024/25, duelo donde los azulgranas parecen favoritos por trayectoria y enfrentamientos previos, pero en el que la condición de partido vital y casi de todo o nada podría impulsar al equipo madridista, que se agarra a esta oportunidad copera como a un clavo ardiendo, tras haber calentado las horas previas con su plantón.
Como en las cuatro temporadas anteriores, La Cartuja, reformada para la ocasión y ya de uso exclusivo para fútbol, es el escenario en el que se coronará al campeón de la Copa del Rey. Y por primera vez desde que la final se mudó a Sevilla de forma indefinida, el ganador saldrá de un Clásico entre Barça y Real Madrid, algo que no ocurría desde 2014.
En ese curso se disputó el séptimo y último Clásico en una final copera, cayendo del lado madridista cuatro de ellos, incluidos los dos más recientes (2011 y 2014), y tres del lado blaugrana, el último en 1990. Se suele decir que de nada valen las dinámicas previas a partidos de este nivel, donde el orgullo, el escudo y la ambición casi pesan más que el fútbol o las propuestas, pero en este caso esas inercias parecen muy definidas, aunque ambos llegan con mejores sensaciones para catalanes que para madrileños, de triunfo liguero.
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En el bando culé, su técnico Hansi Flick ha construido un grupo ganador con casi ninguna pieza nueva, con un equipo plagado de jóvenes talentos que corren, se dejan la piel y, además, derrochan fútbol. Ya lo sufrieron en sus propias carnes los futbolistas merengues en el Clásico liguero del Santiago Bernabéu y en la final de la Supercopa de España, habiendo recibido respectivas goleadas por 0-4 y 2-5.
Esos dos resultados refrendan que el Barça ha competido mejor en lo que va de curso, con una idea clara y definida gracias a la cual apenas ha pasado apuros, salvo un negativo mes de noviembre del año pasado. El ‘Rey de Copas’ –posee 31 trofeos del torneo– tampoco ha tenido excesivos problemas para ir avanzando hasta esta final, eliminando a Barbastro, Betis, Valencia y Atlético de Madrid en una demostración de poderío ofensivo –19 goles a favor en la competición–.
Eso es uno de los grandes argumentos de un equipo que busca su primera Copa desde 2021, apoyado en una solidez de resultados casi inmaculada en lo que va de 2025: solo ha perdido uno de sus últimos 27 partidos. Además, el equipo azulgrana, que ha logrado transformar una temporada de transición en ilusión, persigue el triplete y por eso alzar este trofeo es el primer e imprescindible paso para ese objetivo.
Mientras todo es felicidad en ‘Can Barça’, en Madrid soplan otros vientos y su actuación en la víspera, dando plantón a los actos de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), ha mostrado su enfado por las quejas de los árbitros hacia la labor de Realmadrid TV. Sin dar su rueda de prensa, sin entrenarse en La Cartuja y sin acudir a la cena oficial, el club blanco ha tirado un fuerte pulso al ente federativo.
En lo puramente deportivo, el plantel que dirige Carlo Ancelotti sigue sin encontrar su plenitud en este curso que ya se va acabando, con muchas dudas en el sistema, sin saber encajar la pieza Kylian Mbappé y con el compromiso y la actitud del equipo siempre en duda.
El aún vigente campeón de LaLiga y de Europa es la antítesis del equipo fuerte y convincente que fue la temporada pasada. Eliminado de la Champions League y a cuatro puntos del líder Barça en Liga, esta final parece la gran oportunidad de levantar uno de los tres grandes títulos del curso y también para no tirar el curso por la borda. Así, parece un partido definitivo para un entrenador cuestionado y, por consiguiente, para un proyecto con runrún de fin de ciclo atronando.
Al contrario de su rival, el camino madridista hasta la final ha sido, salvo en el asequible estreno ante el Club Deportiva Minera, más sufrido. Los pupilos de Ancelotti necesitaron disputar dos prórrogas en el Bernabéu frente al RC Celta de Vigo y a la Real Sociedad, y evitaron una en el descuento contra el CD Leganés. La buena noticia fue ver enchufado a Endrick, autor de cinco tantos, los mismos que tiene el culé Ferran Torres y motivo por el que ambos pelean por el pichichi.
Precisamente, el buen momento del valenciano llega coincidiendo con la baja de Robert Lewandowski, la gran ausencia junto a Alejandro Balde en un Barça liderado por un excelso Pedri González y la verticalidad de Raphinha y Lamine Yamal. La duda de Flick será si colocar a un Dani Olmo ahora al alza –ha marcado en los tres últimos partidos– o a Fermín López, mientras que el portero Marc-André ter Stegen ha entrado en la convocatoria, pero no jugará salvo sorpresón de última hora.
En el Real Madrid, la gran incógnita será el sitio de Fede Valverde, de lateral o en el centro; lo primero dejaría a Lucas Vázquez en el banquillo, mientras que lo otro fortalecería una zona que no puede debilitar. Con Eduardo Camavinga lesionado, pugna Ferland Mendy con David Alaba y Fran García por ser titular en la izquierda, mientras Ancelotti debe decidir si Rodrygo Goes es de la partida y sigue fiel a su tridente o si introduce otro mediocampista que estabilice y ordene, o incluso más virtuosismo juntando a Luka Modric con Dani Ceballos.
FICHA TÉCNICA
–POSIBLES ALINEACIONES:
FC BARCELONA: Szczesny; Koundé, Cubarsí, Iñigo Martínez, Gerard Martín; De Jong, Pedri; Lamine Yamal, Olmo, Raphinha; y Ferran.
REAL MADRID: Courtois; Valverde, Asencio, Rüdiger, Fran García; Tchouaméni, Modric, Ceballos, Bellingham; Mbappé y Vinícius.
–ÁRBITRO: De Burgos Bengoetxea (C. Vasco).
–ESTADIO: La Cartuja.
–HORA: 22:00 / La 1 y Movistar Plus+.
(Colprensa)