En un esfuerzo por desafiar al régimen de Nicolás Maduro y exigir la “liberación” de Venezuela, la líder opositora María Corina Machado ha convocado una gran protesta para el próximo domingo 1 de diciembre.
La manifestación, que se llevará a cabo en Caracas y en diversas ciudades alrededor del mundo, busca visibilizar la demanda de la oposición para que Edmundo González Urrutia sea reconocido como el presidente electo en lugar de Maduro, quien tiene previsto asumir su tercer mandato el 10 de enero de 2025.
La convocatoria se enmarca en un contexto de creciente represión política. Tras las elecciones presidenciales de julio, que la oposición considera fraudulentas, cientos de opositores han sido encarcelados.
Con un ambiente de alta tensión, Machado ha definido la protesta del 1 de diciembre como un acto «único e inédito», haciendo un llamado a la unidad y a la lucha por un cambio político en el país bajo la consigna: “El 10 de enero es ya”.
Una protesta global por la libertad y el cambio
La marcha comenzará a las 4 de la tarde en la Plaza La Castellana, un lugar emblemático en el centro financiero de Caracas, y se replicará en ciudades internacionales. Según Machado, la protesta no solo será un evento dentro de Venezuela, sino que el mundo entero se unirá a la causa del pueblo venezolano, buscando visibilizar la lucha por la libertad y la democracia.
En un encuentro virtual con activistas y dirigentes opositores, destacó que esta es una oportunidad para “actuar con valentía y unidad” frente a un régimen autoritario que, según la oposición, carece de legitimidad.
Uno de los principales puntos de la manifestación será la denuncia sobre la situación de los presos políticos. Más de 2.500 personas han sido detenidas tras las elecciones, muchos de ellos por participar en las protestas contra los resultados, y aún permanecen en prisión, incluidos varios opositores de alto perfil. La protesta también servirá como un acto de solidaridad con sus familias y un reclamo para su liberación.
La disputa por la presidencia: González contra Maduro
El contexto político en Venezuela está marcado por la lucha por el poder entre la oposición y el régimen de Maduro.
Edmundo González, quien es reconocido por varios países como el verdadero ganador de las elecciones, se encuentra en el exilio desde septiembre, después de que las autoridades venezolanas anunciaran a Maduro como ganador en unos comicios que la oposición denuncia como fraudulentos.
Según las actas oficiales recabadas por los testigos de la oposición, González habría obtenido un 83% de los votos. Sin embargo, el Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el chavismo, proclamó a Maduro como el vencedor, sin presentar aún los resultados definitivos.
La comunidad internacional ha comenzado a apoyar a González, reconociéndolo como el presidente electo, lo que ha incrementado la presión sobre el régimen de Maduro. Países como Estados Unidos, Italia y Ecuador han respaldado su triunfo, lo que refuerza la postura de la oposición y aumenta la presión sobre el gobierno de Maduro para que acepte el resultado electoral y permita un cambio de poder.
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El 1 de diciembre: una fecha clave para el futuro de Venezuela
El 1 de diciembre será una fecha crucial para la oposición venezolana. La manifestación busca ser un acto de resistencia, pero también una jornada de presión internacional que podría aumentar el aislamiento del régimen de Maduro.
A medida que se acerca el 10 de enero, la fecha en la que Maduro debería asumir su nuevo mandato, la oposición intensifica su lucha, esperando que la movilización global y las denuncias de fraude electoral generen un cambio en la narrativa política.
Proyecciones para el futuro
Más allá de ser una jornada de protesta, la movilización del 1 de diciembre tiene como objetivo unir a la oposición venezolana frente a un régimen que enfrenta críticas internas y externas.
Con el apoyo de la comunidad internacional, los opositores venezolanos buscan restaurar la democracia en el país, mientras las miradas se concentran en la posibilidad de un cambio político antes de la toma de posesión de Maduro, cuya legitimidad está siendo cuestionada tanto dentro como fuera de Venezuela.