El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, reafirmó su intención de asistir a la Asamblea Nacional el próximo 10 de enero de 2025 para jurar como jefe de Estado reelecto, tras su controvertido triunfo en las elecciones presidenciales del 28 de julio.
Este resultado ha sido objeto de críticas y cuestionamientos por parte de numerosos países.
En un acto con las Fuerzas Armadas, Maduro declaró que ha recibido una invitación formal de la junta directiva del Parlamento, dominado por el chavismo, para cumplir con el juramento constitucional que marca el inicio de su nuevo mandato.
“Confirmo públicamente que asistiré al cumplimiento del juramento constitucional ante quien se juramenta el candidato vencedor”, expresó el mandatario.
Un proyecto de «Democracia Profunda»
Durante su discurso, Maduro enfatizó su visión de un país en el que prevalezca una “democracia profunda, directa, popular y socialista”, señalando que su gobierno busca “servir a los grandes intereses de la nación”.
Estas afirmaciones se producen en un contexto de creciente tensión política y rechazo a su administración por parte de la oposición y algunos sectores internacionales.
Rechazo de la oposición y el Tribunal Supremo
Las declaraciones de Maduro llegan tras la reciente negativa del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) a revisar dos solicitudes que cuestionaban la legalidad del resultado electoral.
La mayor coalición opositora, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), sostiene que su candidato, Edmundo González Urrutia, ganó las elecciones, un reclamo respaldado por varios países que no reconocen a Maduro como legítimo presidente.
A pesar del respaldo incondicional de las instituciones estatales, todas controladas por el chavismo, la PUD y diversos gobiernos extranjeros argumentan que la falta de transparencia en el proceso electoral, junto con las acusaciones de fraude, deslegitiman la victoria de Maduro.
El TSJ ha calificado estas acusaciones como intentos de golpe de Estado por parte de la oposición y sus aliados internacionales.
Un futuro incierto
La situación en Venezuela se mantiene tensa, con un panorama incierto a medida que se acerca la fecha de juramentación de Maduro.
La división entre el gobierno y la oposición, así como la falta de consenso internacional, sugieren que los desafíos para el mandatario reelecto serán significativos. A medida que el país se prepara para un nuevo mandato, las repercusiones de las elecciones de julio y la respuesta de la comunidad internacional seguirán siendo temas centrales en la política venezolana.