Profanación de tumbas en el cementerio de Curillo, Caquetá genera indignación en la comunidad
Curillo, Caquetá – 24 de junio de 2025. En lo que va del año, la Policía Nacional ha registrado 245 casos de profanación de tumbas en todo el país. Lamentablemente, el municipio de Curillo, conocido como “Los Bellos Atardeceres”, se suma por primera vez a esta preocupante estadística, con la denuncia de al menos cuatro sepulcros violentados en el cementerio municipal.
Este hecho sin precedentes ha causado consternación en una comunidad marcada históricamente por el conflicto armado, donde los cementerios no solo guardan restos, sino también memorias dolorosas, ausencias forzadas y duelo persistente.
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El líder social Américo Casanova fue quien descubrió las tumbas profanadas mientras realizaba labores de limpieza en el camposanto por solicitud del párroco local:
“Vi una de las tumbas abierta. Me llené de indignación, impotencia y rabia. ¿Cómo pueden ser capaces de semejante horror?”, relató en entrevista con el programa radial Hablemos de Política.
Entre las tumbas afectadas se encuentra la de una joven de apellido Bueno. Según Casanova, su cuerpo permanece intacto tras cuatro años de haber sido sepultado, lo que ha sido interpretado por algunos como un “milagro de incorruptibilidad”. El hallazgo fue tan impactante que el líder social decidió contactar de inmediato a la familia.
Desde Estados Unidos, Cristiana Bueno, hermana de la fallecida, expresó su dolor:
“Mi mamá me llamó llorando. Me dijo que habían intentado sacar a mi hermana. No sabíamos con qué fin. Al llegar al lugar, vimos que la tapa del ataúd estaba afuera”, denunció entre lágrimas.
El padre Robinson Pérez, de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, confirmó el hallazgo y lo calificó como un acto de sacrilegio. El sacerdote explicó que, aunque la parroquia administra el cementerio, los recursos son limitados y apenas alcanzan para labores básicas de limpieza, no para garantizar vigilancia ni mantenimiento adecuado.
“Estamos gestionando apoyo con la alcaldía municipal para la construcción de una tapia perimetral, nuevas bóvedas y la reparación de las existentes. Es urgente dignificar este espacio”, afirmó.
Este hecho ha despertado varias hipótesis entre los pobladores. Una de las más inquietantes sugiere que las profanaciones estarían relacionadas con rituales de brujería o prácticas ocultistas, ya que se hallaron tabacos, cera, y un “amarre” en las manos de una de las víctimas, según declaraciones de testigos
La profanación de tumbas es un delito penal
El Artículo 214 del Código Penal colombiano establece penas de seis meses a dos años de prisión para quienes violen sepulcros, profanen cadáveres o destruyan elementos funerarios. La comunidad de Curillo hace un llamado a las autoridades para que se investigue y se haga justicia ante estos actos que atentan contra la memoria, la dignidad y la espiritualidad de los difuntos.
(Juan David López Parra)