La decisión de la Gobernación de Antioquia de liquidar la Escuela contra la Drogadicción en Llanogrande provocó críticas desde la Mesa de Paz de la cárcel de Itagüí, donde voceros de estructuras criminales que dialogan con el Gobierno rechazaron la medida y solicitaron al presidente Gustavo Petro la creación de casas de desintoxicación en los barrios.
La Mesa de Paz, un espacio sociojurídico donde integrantes de estructuras criminales del Valle de Aburrá sostienen diálogos con el Gobierno, expresó su desacuerdo con el cierre de la institución.
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Consideran que la escuela era clave para la resocialización y prevención del consumo de drogas, una de las principales fuentes de financiación de economías ilegales en la región.
La senadora Isabel Zuleta, coordinadora de la Mesa de Paz, señaló que la escuela desempeñaba un papel fundamental en la investigación y generación de conocimiento sobre métodos accesibles de desintoxicación, especialmente para jóvenes en riesgo de vinculación con grupos criminales.
«Lamentar la decisión de liquidar el centro de desintoxicación que quedaba en Rionegro por parte de la Gobernación, porque sabemos los altos costos que tiene la desintoxicación, que prácticamente es para los ricos que quieran salir de ese flagelo de las drogas», afirmó.
Sebastián Londoño, alias “Lindolfo”, vocero de las estructuras armadas en la cárcel de Itagüí, solicitó al presidente Petro la implementación de centros de desintoxicación cercanos a las comunidades.
«Pedirle al señor presidente Gustavo Petro unas casas de desintoxicación de droga para los jóvenes cerca de los barrios para que sientan un acompañamiento de sus familias y de la comunidad. Rechazamos que se haya cerrado el único centro que había», manifestó.
La Gobernación de Antioquia explicó que la liquidación de la Escuela contra la Drogadicción respondió a un estudio técnico que concluyó que sus funciones se duplicaban con las del Hospital Mental y la ESE Hospital Carisma. Colprensa