Ecopetrol culminó con éxito un proyecto piloto en la Refinería de Cartagena que transforma dióxido de carbono (CO2) y aguas industriales en bicarbonato industrial, un insumo clave para la fabricación de papel, vidrio, plástico y productos de limpieza doméstica.
La tecnología, desarrollada por el Instituto Colombiano del Petróleo y Energías de la Transición (ICPET), marcó un avance significativo en la captura y reutilización de emisiones, alineándose con las metas de descarbonización de la compañía.
El piloto, iniciado en marzo de 2024 en la Unidad de Coquización (U111) de la refinería, evitó la emisión de 10 toneladas de CO2 al convertirlas en bicarbonato de alta calidad para su comercialización. La prueba aprovechó aguas residuales generadas en la producción de coque, demostrando un enfoque innovador para mitigar gases de efecto invernadero.
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«En Ecopetrol estamos comprometidos con la transición energética, la descarbonización y la reducción de gases efecto invernadero. Por esta razón, avanzamos con la aplicación de nuevas tecnologías, que no solo permitan capturar el CO2 en nuestras operaciones, sino también convertirlo en insumos de gran valor que se puedan aportar al desarrollo industrial y económico de nuestro país», afirmó Ernesto Gómez, gerente de la Refinería de Cartagena.
José Vicente Villamizar Durán, director del ICPET, destacó el impacto global del proyecto: “Uno de los grandes logros de Ecopetrol, desde el ICPET y la Refinería de Cartagena, es este proyecto. El avance representa un paso gigante en la reducción de emisiones y en su disposición definitiva. No basta con capturar el CO2; es vital su disposición o uso final. La mineralización es un hito que aporta una solución innovadora para Colombia y el mundo. Es el resultado de la inteligencia y el esfuerzo conjunto en investigación y desarrollo tecnológico”.
El proyecto se enmarca en el compromiso de la refinería de reducir 20.155 toneladas de CO2 en 2025, como parte de la estrategia corporativa de Ecopetrol hacia la neutralidad de carbono para 2050.
Los próximos pasos incluyen revisiones técnicas para escalar la tecnología a nivel industrial, optimizando equipos existentes y ampliando su aplicación en otras unidades operativas. Este esfuerzo responde a la creciente presión por cumplir los objetivos del Acuerdo de París y las políticas nacionales de mitigación del cambio climático.
