En una medida decisiva para frenar el aumento de la inmigración, el primer ministro británico, Keir Starmer, anunció este jueves una reforma radical al sistema de visados laborales.
Su objetivo es reducir la inmigración al Reino Unido, un tema que ha cobrado especial relevancia tras el aumento en las cifras de inmigración neta.
En una rueda de prensa, Starmer declaró que «por demasiado tiempo hemos sido laxos con las malas prácticas en nuestro mercado laboral», lo que, según él, ha dado la impresión de que el Reino Unido es un destino fácil para los inmigrantes.
Ante ello, aseguró que el gobierno laborista pondrá fin a esta laxitud y reforzará las reglas. «Cualquier empleador que se niegue a cooperar, se le prohibirá contratar mano de obra extranjera», subrayó el primer ministro, dejando clara la postura del gobierno frente a los abusos.
Revisión del sistema de visados
El Comité Asesor de Migración (MAC) está llevando a cabo una revisión exhaustiva del sistema de visados, revelando que ciertos sectores dependen excesivamente de la inmigración. En consecuencia, el gobierno laborista revisará el sistema actual basado en puntos y pondrá en marcha nuevas expectativas sobre la formación de personas británicas, con el objetivo de reducir la dependencia de la mano de obra extranjera.
Estas reformas se dan en el contexto de un aumento continuo de la inmigración neta, con datos oficiales que indican que 728.000 personas llegaron al país en los 12 meses hasta junio de 2024, lo que representa un aumento del 20% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Aunque las estadísticas muestran una disminución en la inmigración neta en comparación con 2023, las cifras siguen siendo altas, lo que ha encendido las alarmas dentro del gobierno británico.
Aumento de los costes del sistema de asilo
El aumento de la inmigración también ha tenido un impacto económico significativo. Según informes recientes del Ministerio del Interior, el costo del sistema de asilo del Reino Unido ha crecido un 33% en el último año, alcanzando los 5.000 millones de libras (más de 6.000 millones de euros), un récord histórico.
Starmer culpó a los gobiernos anteriores, especialmente a los conservadores, de haber utilizado el Brexit como un medio para convertir al Reino Unido en un “experimento de fronteras abiertas”, lo que, según él, contribuyó al descontrol de la inmigración.
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Reforzando la seguridad fronteriza
En paralelo a las reformas en el sistema de visados, Starmer también destacó la importancia de abordar el tráfico de personas y la inmigración ilegal. En este sentido, el Reino Unido ha firmado un acuerdo con Irak para reforzar la seguridad de sus fronteras y combatir las bandas criminales involucradas en el tráfico de personas. La ministra británica de Interior, Yvette Cooper, visitó Irak para concretar el pacto, que incluirá una inversión de 800.000 libras para mejorar las leyes de seguridad fronteriza y crear una nueva fuerza dedicada a la lucha contra el crimen organizado.
Un cambio crucial en la política migratoria del Reino Unido
Con estas reformas, el gobierno de Keir Starmer busca modificar las bases de la economía y la sociedad británica, al tiempo que responde a las crecientes preocupaciones sobre la inmigración y sus implicaciones sociales y económicas.
El plan de reducir la dependencia de la mano de obra extranjera y reforzar la seguridad fronteriza será un tema central en la política británica durante los próximos años.